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NOTA SECUNDARIA

HACRE: una vez más, el Estado

en deuda con sus ciudadanos.

El arsénico convive con miles de vecinos a diario, no sólo en la provincia de Buenos Aires, sino también a lo largo y a lo ancho de la República Argentina. Es un enemigo invisible que se abre paso sin dar aviso, hasta que el organismo humano sufre las consecuencias de sus efectos, que, en algunos casos, llegan a ser mortales.

Tal como expresan la Doctora Marisa Gaiolia, el Bioquímico Daniel E. González y el Doctor Diego Amoedoc en el informe “Hidroarsenisismo crónico regional endémico: un desafío diagnóstico y de prevención”, se trata de un elemento que se distribuye en y por la naturaleza: está presente en suelos y aguas, es decir que la forma de depósito es natural, principalmente de origen volcánico. Éste elemento ingresa al organismo no sólo por el consumo de agua de red o de pozo, sino que también tiene presencia en algunos alimentos y se infiltra tanto en la inhalación de aire, como también de manera cutánea. La Organización Mundial de la Salud considera como tolerable en el agua la presencia de hasta 0,01 mg/l, mientras que en Argentina, hay zonas en las que se quintuplica este límite.

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El ingreso del arsénico en el organismo se manifiesta mediante una enfermedad denominada Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE). Éste se desarrolla de manera progresiva y en su proceso compromete distintos órganos y sistemas, aunque la piel es la zona que más se ve afectada. Se trata de un elemento con cualidades que le permiten atravesar la placenta y tener contacto con el feto, por lo que existen casos de niños que padecen lo que se denomina una intoxicación crónica, por la exposición acumulada desde el período prenatal.

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Según el informe, luego de la ingesta o contacto con este compuesto, el mismo se distribuye por el hígado, bazo, pulmones, intestino y piel en las primeras 24 horas, y con el transcurso de dos semanas el arsénico llega a depositarse en los huesos, pelos y uñas. Su presencia en la piel se hace notar con sudoración en palmas y plantas en estadíos iniciales, con el correr de los años pueden presentarse verrugas y lesiones en las mismas zonas y puede llegar a causar despigmentación de la piel en áreas como axilas, cuello y torso. Una de las complicaciones más importantes del HACRE es el desarrollo de neoplasias, principalmente tumores cutáneos, denominados carcinomas de Jonathan Hutchinson. Además, puede causar alteraciones cardiovasculares como hipertensión arterial; hepáticas; pancreáticas; respiratorias -bronquitis, fibrosis pulmonar-; gastrointestinales que pueden llegar hasta la anorexia; y en el sistema nervioso: deficiencias en el aprendizaje, en el comportamiento y en el coeficiente intelectual.

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A pesar de la alta toxicidad del arsénico y su potencial desenlace fatal, no existe terapia medicamentosa para esta intoxicación. Es por ello que el tratamiento de soporte puede ayudar a reducir algunos de los síntomas que presentan los pacientes, además de llevar una dieta rica en proteínas que aumenta la depuración de este elemento del organismo.

 

Esto deja a la prevención como el mejor remedio para una enfermedad que no debiera existir si los proveedores del servicio suministrasen a los vecinos agua potable y segura que mejore la calidad de vida de los usuarios. Por esto, una vez más, el Estado está en deuda con sus ciudadanos.

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